miércoles, 31 de mayo de 2017

HABLA DIOS PADRE... JESUS ES EL CAMINO



Mirad, en esta historia estamos solo al primer día del primer siglo, y quisiera conducirla hasta nuestros días: hasta el siglo XX . ¡Oh, como los hombres han olvidado mi amor de Padre! ¡Y sin embargo os amo muy tiernamente! En mi Hijo, es decir en la persona de mi Hijo hecho hombre, ¡que no he hecho todavía! La divinidad en esta humanidad se veló, quedó pequeña, pobre y humillada. Conduje con mi Hijo una vida de sacrificios y de trabajo. ¡Recibí sus oraciones para que el hombre tuviera un camino trazado y caminara siempre en la justicia, para que llegase hasta mí, al seguro!
 
Dios Padre de la Humanidad desea ser Honrado y Glorificado con una Fiesta en su Honor el Primer Domingo de Agosto ,Revelación dada a Madre Eugenia Ravasio

DIOS PADRE DE TODA LA HUMANIDAD


HABLA DIOS PADRE... TODO FUE POR AMOR

 
El mundo a menudo ha sido purificado de su corrupción por mi infinita bondad hacia la humanidad. Y entonces continuaba a escoger algunas almas en las cuales me complacía para que, por medio de ellas, pudiera deleitarme con mis criaturas, los hombres. Le prometí al mundo el Mesías. ¡Que no he hecho para preparar su venida, mostrándome en las figuras que lo representaban hasta mil y mil años antes de su venida!

Porque, ¿Quién es este Mesías? ¿De donde viene? ¿Que hará en la tierra? ¿Quién viene a representar? El Mesías es Dios. ¿Quién es Dios?  Dios es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¿De donde viene, o mejor dicho, quién le ordenó de venir en medio de los hombres?  Yo, su Padre, Dios. ¿A quién representará en la tierra?  A su Padre, Dios. ¿Qué hará en la tierra?  Hará conocer y amar al Padre, Dios. ¿No dijo?: “¿No sabéis que es necesario que me ocupe de las cosas del Padre mío?” (“¿nesciebatis quia in his quae Patris mei sunt oportet me esse?” S. Lucas, c. 2 v. 49).  “He venido solo para hacer la voluntad del Padre mío”  “Todo lo que pediréis al Padre mío en mi nombre os lo concederá”  “Le rezaréis así: Padre nuestro que estás en los Cielos...”  y más adelante, dado que vino para glorificar el Padre y hacerlo conocer a los hombre, dijo:  “Quién me vé, vé a mi Padre”  “Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí”  “Nadie viene al Padre si no es por medio de mí”  “Nemo venit ad Patrem nisi per me” - (S. Juan c. 14 v. 6). “Quienquiera esté conmigo está también con el Padre mío”, etc., etc.  
Oh hombres, concluid que por toda la eternidad he tenido solo un deseo, hacerme conocer y amar por los hombres, deseando incesantemente de estar con ellos. ¿Queréis una prueba auténtica de este deseo que tengo y que he apenas explicado? ¿Por qué le ordené a Moisés que construyera el tabernáculo y el Arca de la Alianza si no es porque tenía el deseo ardiente de venir a vivir, como un Padre, un hermano, un amigo de confianza, con mis criaturas, los hombres? Y a pesar de esto me olvidaron, me ofendieron con culpas innumerables. Sin embargo, para que se recordaran de Dios, su Padre, y del único deseo que tiene de salvarlos, le dí mis mandamientos a Moisés para que teniéndolos y cumpliéndolos se recordaran del Padre infinitamente bueno, todo absorto en la salvación de ellos, salvación presente y eterna. Todo esto cayó otra vez en el olvido y los hombres se hundieron en el error y en el temor, considerando que cansaba mucho el cumplir con los mandamientos, así como los había transmitido a Moisés. Hicieron otras leyes, que iban de acuerdo son sus vicios, para poder cumplirlas más fácilmente. Poco a poco, con el temor exagerado que tenían de mí, me olvidaron siempre más y me llenaron de ultrajes. Y sin embargo, mi amor por estos hombres, mis hijos, ni siquiera se ha detenido. Cuando constaté bien que ni los patriarcas, ni los profetas habían podido hacer que los hombres me conocieran y me amaran, decidí venir yo mismo. Pero, ¿como hacer para encontrarme en medio de los hombres? No había otro medio que el de ir yo mismo en la segunda persona de mi divinidad. ¿Me reconocerán los hombres? ¿Me escucharán?


Para mí nada del futuro estaba escondido; a estas dos preguntas respondí yo mismo: "Ignorarán mi presencia, aún estando cerca de mí. En mi Hijo me maltratarán, a pesar de todo el bien que les hará. En mi hijo me calumniarán, me crucificarán para hacerme morir". ¿Me detendré por esto? No, mi amor por mis hijos, los hombres, es demasiado grande. No me detuve allí: reconoceréis bien que os he amado más que a mi Hijo predilecto, por así decir, ó para decirlo todavía mejor, más que a mí mismo. Lo que os digo es talmente verdadero que si hubiese bastado una de mis criaturas para expiar los pecados de los otros hombres, por medio de una vida y una muerte semejante a la de mi Hijo, hubiera titubeado. ¿Por qué? Porque habría traicionado mi amor haciendo sufrir a una criatura que amo, en vez de sufrir yo mismo en mi Hijo. No he querido nunca hacer sufrir a mis hijos. Este es, en breve, la historia de mi amor hasta mi venida, por medio de mi Hijo, en medio de los hombres. La mayor parte de los hombres conoce todos estos hechos, pero ignora lo esencial: es decir, ¡que fué el amor el que condujo todo! Sí, es el amor, es esto lo que quiero hacerles notar. Ahora este amor está olvidado. Quiero recordárselos para que aprendan a conocerme así como soy. Para que no estéis atemorizados como esclavos, con un Padre que os ama hasta este punto.
 
Madre Eugenia E. Ravasio: “El Padre le habla a sus hijos”

martes, 30 de mayo de 2017

MENSAJE DE DIOS PADRE...EL TIEMPO APREMIA


El tiempo apremia. Quiero que el hombre sepa lo más pronto posible que lo amo y que siento la más grande felicidad estando con él, como un Padre con sus hijos. Yo soy el Eterno y cuando vivía solo ya había pensado en usar toda mi potencia para crear seres a mi imagen y semejanza. Pero se necesitaba primero la creación material para que estos seres pudieran encontrar su apoyo: entonces fué la creación del mundo. Lo llenaba con todo lo que yo sabía que era necesario para los hombres: el aire, el sol y la lluvia, y muchas otras cosas que yo sabía que eran necesarias para sus vidas. ¡Al final, la creación del hombre! Me complací de mi obra. El hombre comete pecados, pero es entonces cuando, justamente, se manifiesta mi bondad infinita. Para vivir entre los hombres creé y escogí, en el Antiguo Testamento, a los profetas, a quienes comuniqué mis deseos, mis penas y mis alegrías, para que los transmitieran a todos. Más crecía el mal y más mi bondad me apremiaba a comunicarme con las almas justas para que transmitieran mis órdenes a los que causaban desórdenes. Y así, a veces, tuve que usar la severidad para reprenderlos, no para castigarlos - porque eso habría hecho solo mal - para alejarlos del vicio y dirigirlos hacia el Padre y Creador, a quién, ingratamente, habían olvidado y desconocido. Más tarde el mal sumergió tanto el corazón de los hombres que me ví obligado a enviar plagas al mundo para que el hombre se purificara por medio del sufrimiento, la destrucción de sus bienes y hasta la pérdida de la vida: fué el diluvio, la destrucción de Sodoma y de Gomorra, las guerras del hombre contra el hombre, etc. Siempre he querido quedarme en este mundo entre los hombres. Y así, durante el diluvio estaba cerca de Noé, el único justo de ese entonces. También durante las otras plagas encontré siempre un justo con el cuál morar y, a través de él, viví en medio de los hombres de aquel tiempo, y así fué siempre.

(Extracto del mensaje dado a Madre Eugenia Ravasio)

sábado, 27 de mayo de 2017

HE AQUI EL VERDADERO OBJETO DE MI VENIDA



NOS DICE DIOS PADRE DE TODA LA HUMANIDAD

Hé aquí el verdadero objeto de mi venida: 

1) Vengo para eliminar el temor excesivo que mis criaturas tienen de mí, y para hacerles comprender que mi alegría está en el ser conocido y amado por mis hijos, es decir, por toda la humanidad presente y futura. 

2) Vengo para traerles la esperanza a los hombres y a las naciones. ¡Cuantos la han perdido desde hace mucho tiempo! Esta esperanza les hará vivir en paz y con seguridad, trabajando para la salvación. 

3) Vengo para hacerme conocer así como soy. Para que la confianza de los hombres aumente contemporáneamente con el amor hacia mí, el Padre, que tiene una sola preocupación: velar sobre todos los hombres, y amarlos como hijos. 
El pintor se deleita contemplando el cuadro que pintó; ¡así mismo yo me complazco, me alegro, viniendo en medio de los hombres, obra maestra de mi creación!

martes, 16 de mayo de 2017

INTRODUCCION A : EL PADRE HABLA A SUS HIJOS!!!

El padre le habla a sus hijos“ 
Imprimatur:  + Petrus Canisius van Lierde,  Vic. Generalise Vic. Civit. Vaticanae, Roma, die 13 Martii 1989 
“EL PADRE LE HABLA A SUS HIJOS” © Association “Dio è Padre - Casa Pater” C.P. 135 – I-67100 L´Aquila (Italia) 
Publicación y edición: "EDIZIONI NIDI DI PREGHIERA" C.P. 135 – I-67100 L’AQUILA (Italia) 
Ira Edición española::  7 de agosto de 1994 1. Edición en formato pdf: 20 de mayo de 2005 
Al cuidado de Padre Andrés D'Ascanio 
Pro Manuscripto - No está en venta. Ofertas a: Asociación “Dio è Padre, Casa Pater", C.P. 135, I-67100 L'Aquila, Italia.



Presentación DIOS ES MI PADRE 

Dios es mi Padre. Este es el grito que hoy se hace siempre más frecuente en el mundo: los hombre reconocen a Dios como Padre. Sentimos por lo tanto el deber de publicar un mensaje de Dios Padre, donado al mundo por medio de una criatura que tanto Lo ha amado y Lo ama, Sor Eugenia Elisabetta Ravasio, y reconocido válido por la Iglesia. 

VIDA DE LA MADRE EUGENIA RAVASIO 
¿Quién es Madre Eugenia? ¿Quién es esta criatura que el Padre llamaba "mi hija predilecta... mi plantita? Pensamos que Madre Eugenia es una de las más grandes Luces de estos tiempos: es el pequeño profeta de una Iglesia nueva en la cuál el Padre está al centro y en el vértice de cada fé, y la Unidad es el máximo ideal de toda espiritualidad. Es la luz que el Padre donó al mundo en este tiempo de caos y de obscuridad, para que se conozca el camino que hay que seguir. Nació en San Gervasio d'Adda, Italia (ahora se llama Capriate San Gervasio), un pequeño centro en la provincia de Bérgamo, el 4 de Septiembre de 1907, en una familia de origen campesina. Frecuentó solo la escuela primaria, y después de algunos años de trabajo en una fábrica entró, cuando tenía veinte años, en la Congregación de Nuestra Señora de los Apóstoles, en donde se desarrolló su gran personalidad carismática que la hizo elegir, a solo 25 años, Madre General de la misma Congregación. Prescindiendo de su dimensión de espíritu, para hacerla entrar en la Historia bastaría su acción en el campo social: en doce años de actividad misionera abrió más de setenta centros - con enfermería, escuela e iglesia - en los lugares más abandonados de Africa, Asia y Europa. Descubrió la primera medicina para curar la lepra, sacándola de la semilla de una planta tropical; medicina que fué después estudiada y elaborada por el Instituto Pasteur de París. Lanzó en el apostolado a Raoul Follereau, que siguiendole las huellas, y con la bases que ella puso es considerado el apostol de los leprosos. Ideó, proyectó y realizó en Azopté (Costa de Marfil), durante los años 1934-41, la "Ciudad de los Leprosos": un inmenso centro para juntar a estos enfermos que se extiende sobre una superficie de 200.000 metros cuadrados, y que hasta ahora queda como un centro de vanguardia en Africa y en el mundo. Por esta obra Francia le concedió a la Congregación de las monjas misioneras de Nuestra Señora de los Apóstoles - de la cuál Madre Eugenia había sido Superiora General desde 1935 hasta 1947 - la máxima condecoración nacional por obras de carácter social. Pero la cosa más importante que Madre Eugenia nos ha dejado ha sido el Mensaje del Padre ("El Padre le habla a Sus hijos"), la única revelación hecha personalmente por Dios Padre y reconocida auténtica por la Iglesia después de diez años de rigurosísimos exámenes. Publicamos al inicio del texto el testimonio que S.E. Mons. Alexandre Caillot, Obispo de Grenoble, extendió al final de la encuesta. Es digno de nota el hecho que el Padre - en 1932 - dictó el Mensaje a Madre Eugenia en latín, un idioma para ella totalmente desconocido. En 1981 conocimos tal mensaje y en 1982 - 50º aniversario - lo publicamos en italiano. Los muchos prodigios que de eso han brotado nos han inducido a difundirlo gratuitamente, especialmente en las cárceles, en los cuarteles y en los hospitales. Hemos cuidado la impresión en francés y en inglés; se están preparando las ediciones en ruso, español y alemán.
Madre Eugenia E. Ravasio: “El Padre le habla a sus hijos”
Pagina 4 di 35
Madre Eugenia regresó al Padre el 10 de Agosto de 1990. Consideramos oportuno comenzar esta publicación con el testimonio de S.E. Mons. Alexandre Caillot, Obispo de Grenoble, quién en 1935 instituyó una comisión de expertos, convocados en varias partes de Francia, para iniciar un proceso diocesano que duró diez años. Hicieron parte de la comisión, entre otros, el Vicario del Obispo de Grenoble Mons. Guerry, teólogo, los hermanos jesuitas Alberto y Augusto Valencin, máximas autoridades en el campo filosófico y teológico, y expertos en valuaciones de casos símiles - y dos doctores en medicina, uno de los cuales era psiquiatra. Seguros que tal Mensaje ayudará a los hombres a comprender la profunda ternura del Padre para cada uno de nosotros, esperamos que tenga la mayor difusión. 
P. Andrea D’Ascanio ofm cap.